Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que habéis susurrado en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas.
Lucas 12: 2 y 3
La línea divisoria entre el genio y la locura es tan fina que a veces no se nota cuando desaparece por completo. El genio es fácil de reconocer y, con frecuencia, aparente a una edad temprana. La locura, no tanto. Es un proceso paulatino que puede tardar años en desarrollarse a un grado diagnosticable. Los signos y síntomas que indican algún problema, muchas veces, son descartadas como las excentricidades de una mente extraordinaria. El peligro es cuando se confunden los dos.
Cuando Nietzsche dijo, Dios ha muerto, y nosotros lo hemos matado, no estaba mintiendo. Su proclamación…
Ver la entrada original 1.406 palabras más